La leyenda tolteca nos cuenta que Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, robó el chocolatl de los dioses y se lo dio a su gente en la tierra.

El chocolate se originó en Mesoamérica. Aquí se pueden ver las vainas creciendo del tronco de la planta de cacao en el Jardín Botánico de Puerto Vallarta.
Díaz del Castillo, uno de los hombres de Hernán Cortés, refiriéndose al emperador Monctezuma en sus crónicas dijo: ”le sirvieron una bebida en copas de oro puro, llamada chocolatl, hecha de la planta del cacao y la cual bebía antes de visitar a sus esposas. Vi que le traían, por lo menos cincuenta jarras de chocolatl batido y del cual bebió un poquito…”

En el México pre-hispano esta bebida de los dioses se servía fría, batida y amarga. Hoy en día se sirve de forma similar. Se bate con un molinillo, se calienta, se le agrega azúcar (de la caña de azúcar, traída por los europeos) y vainilla (de la vaina de la orquídea originaria de Veracruz). Generalmente, se acompaña con churros.
La planta de la vainilla, originaria del estado de Veracruz en el golfo de México.
